Una nueva fase en su actuación frente al terremoto, emprendió el Consejo de Monumentos Nacionales, con la distribución de la cartilla para ayudar a conservar y reparar construcciones en adobe, el envío de materiales para proteger viviendas de zonas típicas y reuniones masivas con los vecinos de éstas.
A un primer encuentro del Secretario Ejecutivo del CMN , Óscar Acuña, sostenido en Cobquecura con alrededor de doscientos vecinos de la zona típica protegida por ley, se sumarán otros similares con los habitantes de pueblos patrimoniales afectados. El próximo será en San Pedro de Alcántara, en la Región de O'Higgins el miércoles 31.
En Cobquecura, la seriedad de los daños ha hecho necesaria la autorización de desarme de cuatro inmuebles, a los que se suman otros tres destruidos por el terremoto. La recuperación del patrimonio de este pueblo es un tema especialmente sensible, ya que su potencialidad de desarrollo es el turismo, sustentado precisamente en la zona típica que conforman las edificaciones de adobe que quedaron en pésimas condiciones.
De acuerdo a la Ley de Monumentos Nacionales, las casas de las zonas típicas sólo pueden ser intervenidas con la autorización del CMN. A lo anterior se suma que un vecino de Cobquecura ha iniciado acciones judiciales -recurso de protección- para impedir acciones apresuradas que dañen el valor patrimonial del pueblo.
Envíos de materiales protectores
En tales circunstancias la protección de los inmuebles dañados es un imperativo, cuya urgencia ha asumido el Consejo de Monumentos Nacionales, afrontando escasez de suministro de plásticos y listones de madera en el mercado. Hasta ahora se han enviado remesas de mangas plásticas y en algunos casos de listones y clavos, a las localidades de Cobquecura, Lolol, Zúñiga y al barrio Yungay en Santiago.
Paralelamente, el CMN ha dispuesto la de distribución en las zonas típicas con construcciones de adobe afectadas de ejemplares de una guía para proteger y reparar este tipo de inmuebles. En ella se entregan indicaciones simples, aplicables por los vecinos para hacer frente a la emergencia y valorar sus viviendas.
A estas labores se suman gestiones de colaboración con diferentes entidades públicas, privadas y organizaciones destinadas a sumar recursos y voluntades.
