Fue la comunidad, a través de la junta de vecinos N°1 de Frutillar Bajo, quien solicitó la declaratoria de Monumento Nacional en categoría de Zona Típica de unas de las localidades más características del sur de Chile por su paisaje, arquitectura y su historia vinculada al proceso de colonización alemana vivido en nuestros país a partir de la segunda mitad del siglo XIX.
Además, la iniciativa contó con el respaldo de diversas organizaciones, las que apoyaron esta postulación ante el Consejo de Monumento Nacionales. El Servicio Nacional de Turismo, la Universidad de los Lagos, la Delegación Zonal Llanquihue del Colegio de Arquitectos, el Teatro del Lago, fueron algunas de esas entidades.
Frutillar fue fundado en 1856 por colonos alemanas, los que desempañaron diversas actividades agrícolas, comerciales y promovieron el desarrollo de la industria. Todo esto trajo consigo una conformación cultural particular, la que se evidencia en tradiciones de origen alemán que perduran hasta hoy en la comuna. Asimismo, esta conformación cultural se materializó en un conjunto de viviendas de modelos europeos que se ejecutaron con técnicas constructivas locales, lo que suma un importante valor arquitectónico al indiscutible valor histórico y paisajístico del lugar.
De igual forma, en la sesión del miércoles 14 de noviembre se determinó aprobar la solicitud de declaratoria de Monumento Nacional en categoría de Monumento Histórico del Templo Luterano de la misma comuna, cuya construcción se generó al alero del proceso de colonización alemana. El templo fue construido en madera y presenta rasgos neogóticos simples, al igual que otros centros de cultos luteranos situados a lo largo del lago Llanquihue.
Ambas solicitudes de declaratoria están a la espera del decreto del Ministerio de Educación, quien debe reconocer oficialmente la condición de Monumento Nacional de Frutillar Bajo y del Templo Luterano.
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