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Cuevas de Fell y Pali Aike

Imagen de Cuevas de Fell y Pali Aike

La Cueva de Fell muestra en sus estratos más recientes el tránsito desde la etapa paleoindia a una más compleja, que aborda el aprovechamiento de los recursos marinos y el de técnicas de caza más sofisticadas

Presentación

Los primeros pobladores del Extremo Sur de América ingresaron desde el norte y vía terrestre a la región patagónica meridional hace aproximadamente 11.000 años, cuando los hielos de la última glaciación se habían retirado hacia las cumbres cordilleranas, dando paso a condiciones climáticas más templadas.

Las evidencias de estos primeros grupos de cazadores-recolectores, agrupadas en este caso bajo la denominación de Período Cultural I o "Paleoindio", han sido encontradas en la zona volcánica esteparia de Pali Aike, próxima al Estrecho de Magallanes. Los más importantes sitios son la Cueva de Fell, que con su estratigrafía va mostrando diferentes etapas en la evolución de estos grupos, particularmente de su tecnología, y la Cueva de Pali Aike, que entre otros vestigios contiene tres esqueletos humanos cremados, evidenciando la realización de ceremonias funerarias y aportando información invaluable sobre las características físicas de estas personas.

Estos sitios, que corresponden a campamentos temporales de estas bandas de cazadores, fueron descubiertos y estudiados en la década de 1930 por Junius Bird, quien en asociación encontró vestigios culturales, restos humanos y restos de fauna pleistocénica; grandes animales hoy extintos que son el referente fundamental para comprender la forma de vida de estos grupos.

El principal artefacto utilizado por estos grupos fue la punta de proyectil llamada "cola de pescado", debido a que la base que penetra en el dardo tiene ese aspecto. Estas puntas se usaron intensivamente, ya que incluso las volvían a reparar después de ser usadas y, a juzgar por su ubicación en los fogones donde asaron presas de caballo americano, se usaron para despresar fauna pleistocénica. Se encuentran también abundantes raspadores, raederas, machacadores, punzones y retocadores de hueso. Otro elemento encontrado son piedras cilíndricas, que parecen haber sido utilizadas en ceremonias. La estratigrafía de estos sitios determinó una antigüedad de entre 8.600 y 11.000 años antes del presente.

Con los instrumentos que fabricaban, estos cazadores pudieron sustentarse de animales tan diversos como el milodón (Mylodon listai), el caballo americano (Parahipparion saldasi), guanaco, zorro, puma, aves, roedores, y huevos de avestruz. Es decir, junto a la fauna extinta aprovecharon las especies modernas, algunos escasos alimentos de recolección y ningún producto del litoral, a pesar de su relativa cercanía. Estos hombres hicieron fuego en fogones excavados en el suelo de las cuevas -fogones de cubeta-, característicos de este tipo de sitios.

La Cueva de Fell muestra en sus estratos más recientes el tránsito desde la etapa paleoindia a una más compleja, que aborda el aprovechamiento de los recursos marinos y el de técnicas de caza más sofisticadas, como el arco y la flecha -para cazar guanacos y ñandú- y boleadoras para atrapar aves. De este modo se fue formando la etnia conocida históricamente como aonikenk o tehuelches meridionales, quienes ocuparon la estepa patagónica entre el río Santa Cruz (Argentina) por el norte y el Estrecho de Magallanes en el sur, por lo menos, hasta el siglo XIX, cuando comenzó su extinción debido al contacto con el hombre blanco.

Justificación del Valor Universal Excepcional

Criterios cumplidos:

Las Cuevas de Fell y de Pali Aike cumplen cabalmente con el criterio iii y iv para la inclusión de bienes culturales en la Lista del Patrimonio Mundial, tal como éste es definido en la Guía Operativa para la Implementación de la Convención del Patrimonio Mundial.

Criterio iii

Las Cuevas de Fell y de Pali Aike son un testimonio excepcional de la forma de vida de los primeros habitantes del extremo sur de América. Ambos aportan una significativa muestra de los elementos tecnológicos utilizados para subsistir en el hostil medio en que se desenvolvieron. Por otra parte, aportan evidencias sobre sus creencias. Fell tiene la peculiaridad de ir mostrando diferentes etapas en la evolución de estos grupos. Pali Aike, por su parte, contiene restos humanos.

Criterio iv

Estos sitios aportan invaluable evidencia de la tecnología y forma de vida propia de los cazadores de fauna extinta. Además, aportan vestigios del medio ambiente en que ellos se desenvolvieron, particularmente de los animales pleistocénicos y modernos que cazaron.

Garantías de autenticidad e integridad:

Estos sitios han sido objeto de acuciosos estudios. Como sitios arqueológicos, están protegidos por la Ley Nº17.288 de Monumentos Nacionales. Además, la cueva de Pali Aike se encuentra dentro del área del Parque Nacional Pali Aike, protegido por la Corporación Nacional Forestal.

Comparación con otras propiedades similares:

Existen otros sitios con vestigios de estos cazadores. En Cerro Sota se realizó la cremación de siete cuerpos humanos, pero no se encontraron otros rasgos culturales. Hay también sitios en Tierra del Fuego, con restos culturales asociados a fauna pleistocénica. Pali Aike combina restos humanos, culturales y vestigios de animales extintos. Por su parte Fell, por la abundancia y diversidad de los elementos en ella encontrados, y por su estratigrafía, es el sitio que más ha aportado al conocimiento de estos grupos.