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Padre Juan Luis Ysern celebra tratado de Tantauco

Imagen de Padre Juan Luis Ysern celebra tratado de Tantauco

Tratado de Tantauco visto en el año 2017: La celebración del aniversario tiene un especial significado por haber sido constituida la Mesa Chiloé Patrimonio Mundial

Lunes, 23 Enero, 2017

La celebración del aniversario tiene un especial significado por el hecho de haber sido constituida a fines del año pasado (4 de noviembre) la Mesa Chiloé Patrimonio Mundial.

La Mesa fue organizada por el Consejo de Monumentos Nacionales en colaboración con la Gobernación Provincial de Chiloé en el contexto del trabajo que debe realizar el Estado de Chile para desarrollar el Plan integrado de Gestión, a partir de los compromisos adoptados ante UNESCO.

De este modo hemos entendido la Mesa como un espacio de diálogo y coordinación entre los diversos actores públicos, privados y comunitarios de modo que durante el año 2017 podamos encontrar entre todos el marco de principios y criterios uniendo esfuerzos para caminar juntos hacia un desarrollo en el que Chiloé crezca como protagonista de su propio desarrollo sin que Chiloé deje de ser Chiloé, esto es, sin perder su identidad cultural.

Al llegar ahora el aniversario del Tratado de Tantauco, que en Ancud da ocasión para celebrar la Semana Ancuditana, se produce una confluencia muy significativa de miradas. Recordar el tratado de Tantauco es mirar al pasado y colocamos en la Mesa recién constituida es mirar hacia el futuro. Tener presente ambas cosas al mismo tiempo es condición básica para el cometido que se pretende y para dar respuesta a La UNESCO

En mi caso personal, la confluencia de miradas es mucho más compleja y me lleva a un convencimiento que quiero compartir. Digo que es más compleja la confluencia de miradas porque con sinceridad quiero vivir lo concerniente a cada una de las partes involucradas tanto en el tratado de Tantauco como en la Mesa. Chiloé Patrimonio Mundial

Mirando al tratado de Tantauco me siento español y chileno. Y para acentuar esta realidad comienzo con una actitud infantil de vanagloriarme de mi mismo tanto como español, recordando que el Rey de España Juan Carlos I me distinguió otorgándome Medalla en la Orden de Isabel la Católica y, al mismo tiempo, como chileno recordando que el Presidente Ricardo Lagos me entregó en Chiloé la Medalla Orden al Mérito Artístico y Cultural Pablo Neruda y en Santiago, también el mismo Presidente me entregó el "Premio Conservación de los Monumentos Nacionales", habiendo recibido anteriormente el premio nacional por trayectoria en la defensa de los DDHH. Así pues, me gozo de ser español y de ser chileno.

Es precisamente reconociéndome sinceramente como español y como chileno al mismo tiempo como veo con especial agrado el tratado de Tantauco considerando la grandeza y dignidad de su contenido lo que queda reconocido en el obelisco del Fuerte San Antonio rindiendo homenaje al mismo tiempo al vencedor y al vencido, a Freire y a Quintanilla.

Es también este tratado el que ofrece la posibilidad de decir que Chiloé es "el último reducto español", como se canta en su himno. No se podría decir que Chiloé es el último "baluarte" ya que las Fortaleza del Real Felipe del Callao se rindió dos o tres días después que Chiloé, pero sí podemos decir que Chiloé es el "último REDUCTO español", entendido "reducto" no como fortificación militar sino como el "lugar donde se conservan ideas o costumbres pasadas" ya que en el tratado de Tantauco no sólo se garantiza la continuidad de los derechos de los ciudadanos sino que incluso a los mismos miembros del ejército vencido se les permite durante dos meses el uso del uniforme y demás insignias. De este modo, incluso los miembros del Ejército, por lo menos durante dos meses, podían seguir en Chiloé, siendo así un reducto español.

También al mirar a Chiloé siento una doble militancia. Por un lado me siento muy feliz acogiendo muy sinceramente la calidad de Williche de Chiloé que me otorgó el Consejo General De Caciques de Chiloé y también la Federación de Comunidades Indígenas de Chiloé. Es mucha la labor que hemos llevado adelante en causas muy difíciles frente al Estado y que pudimos superar en actitud de diálogo. Por ningún motivo renuncio a mi calidad de Williche de Chiloé. Por lo que se refiere al tratado de Tantauco, se ha de tener presente que ese tratado es especialmente apreciado por el pueblo Williche de Chiloé

Pero, al mismo tiempo, también me siento profundamente Chilote con los Chilotes no indígenas. Me siento muy contento por el reconocimiento de "Hijo Ilustre de Ancud" que me concedió la Ilustre Municipalidad. Es en la Comuna de Ancud donde está Tantauco y en Ancud está el obelisco tan significativo al que nos hemos referido. Y del mismo modo me siento íntimamente feliz con el título de "Hijo Ilustre de Chiloé" que me dieron todos los Alcaldes de Chiloé junto con el Gobernador Provincial. Con emoción y cariño recuerdo muchas veces las visitas a las islas y lugares más lejanos.

En resumen, tanto como Español como Chileno, Tanto como Chilote como Williche de Chiloé me siento feliz ante el Tratado de Tantauco y compruebo que el diálogo entre las partes es posible. Me siento como el obelisco del Fuerte de San Antonio, gritando a todos que el diálogo es posible.

No impide el diálogo expresar con claridad posturas opuestas mientras de verdad se haga con respeto en actitud de no violencia activa. Así me pareció ver el año pasado el movimiento organizado que expresaron en lenguaje chilote: "Chiloé está privao". Camino que quedó interrumpido bruscamente por el problema de la marea roja como es conocido por todos. Tema este sobre el que aún hay mucho que reflexionar

Es dentro de este contexto en el he sido invitado por la Gobernación provincial de Chiloé y el Consejo de Monumentos Nacionales a participar en la constitución de la Mesa Chiloé Patrimonio Mundial.. Antes, recordando el Tratado de Tantauco, como dijimos, estábamos mirando al pasado. Ahora colocándonos en la Mesa ponemos la mirada en el futuro, pero con el compromiso de construir juntos ese futuro.

Ahora ya no puedo caer en la estupidez de vanagloriarme. Me da vergüenza haberlo hecho, todo eso para venir a decir que me siento como el obelisco gritando que el Diálogo es posible. Es el mensaje de Tantauco.

Al comenzar ahora la vida de la Mesa para reflexionar entre todos cómo es el Chiloé que queremos, es evidente que dentro de nosotros, en diversas situaciones se producirán discrepancias, pero hay algo que nos anima a todos. Todos los integrantes de la Mesa queremos recibir el patrimonio que nos viene del pasado para seguir adelante siendo protagonistas de nuestro camino, manteniendo nuestra identidad cultural. Todos estamos convencidos de que "otro mundo es posible" de modo que cada vez sea un mundo mejor, más humano.

Por mi parte, recibiendo hoy el patrimonio que nos viene de Tantauco no quiero dejar de gritar que el diálogo es posible Sé muy bien que a Cfailoé han llegado y están llegando muchas cosas muy distintas y dispersas. Pueden significar un aporte enriquecedor si llegan en actitud de diálogo y podemos discernir y seleccionar lo que podamos ver mejor para nuestro crecimiento en la dirección ya dicha. Eso no destruya nuestra identidad, al contrario, la enriquece.

No obstante constatamos que muchas de esas cosas que llegan no vienen en actitud de diálogo sino que, simplemente, se imponen por la fuerza a través de medios muy diversos. A quienes están en esta actitud, nuestra posición no es otra más que un llamado pidiéndoles respeto. Para terminar podemos repetir estrofas del Himno de Chiloé, "último reducto español":

CHILOE es mi tierra querida

Con sus campos y playas sin fin.

Pues tus naves te cruzan muy erguidas

Augurando un futuro feliz

Tu flora y tu fauna son muy ricas

Tus montes con su eterno verdor

Abarcando mil leguas agrestes

Las bendijo cien veces mi Dios