"Nos hace falta alguien como este señor (Luis Thayer Ojeda), que cercano al Centenario, rescató el porqué de los nombres de nuestra ciudad y fue capaz de decir voz en cuello que 'en tiempos de la República aparecen calles cuyos nombres, por ser mero capricho y muy conocido su origen, no trataremos'. Así concluyó su presentación del libro "Santiago de Chile. Origen del nombre de sus calles", escrito por Thayer Ojeda hace más de un siglo, el Secretario Ejecutivo del Consejo de Monumentos Nacionales, Oscar Acuña.
La obra, publicada en 1904, poco antes del primer centenario de la República, fue reeditada por el nieto de su autor, Luis Eduardo Thayer, en un volumen enriquecido por fotografías de la época, planos y mapas de la ciudad. Además de poseer un innegable valor histórico, invita a reflexionar a una sociedad que ha comenzado a valorar el patrimonio, advirtió su presentador, Oscar Acuña.
En su alocución, Acuña destacó la comprensión de Luis Thayer Ojeda "del desarrollo de la ciudad, como un proceso colectivo y compartido, testimonio esencial del cual son los nombres de las calles". En tal contexto, situó algunas de las circunstancias que rodearon a la pretensión de la Universidad San Sebastián y la Municipalidad de Recoleta para instalar un gran monumento de Juan Pablo II en la plaza José Domingo Gómez Rojas: la adjudicación sin concursos de una obra de impacto público; la elección de un espacio que no tiene vínculo con la figura que se buscaba homenajear; las dimensiones gigantescas que se contradicen con la sobriedad del Papa; las características del espacio elegido.
¿No lo expondremos en ese sitio a ser el objeto de la ira de manifestantes transformando el homenaje en una ofensa? Pensemos en lo que durante décadas sucedió con Domingo Faustino Sarmiento en ese mismo sitio o lo que ha acontecido con la Estatua del mismo Santo Padre en Buenos Aires, que al lado de la Biblioteca Nacional ha pasado por muchos momentos ingratos, se pregunta.
El presentador advirtió que los lugares sin identidad suelen quedar abandonados y para superar su situación precaria se plantea su remodelación: "y así los proyectos nuevos son los salvadores de estos espacios y sea lo que sea que se quiera hacer, va a resultar aparentemente mejor de lo que hoy hay. O sea, una profecía auto cumplida", dijo.
La obra de Luis Thayer Ojeda, publicada originalmente para el primer centenario de la República, fue reeditada y enriquecida por su nieto. Su presentador, Oscar Acuña, destacó su vigencia al abordar el desarrollo de las ciudades.
Viernes, 20 Noviembre, 2009
