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Creación del Cuerpo de Bomberos de Santiago: Para que nunca más

Imagen de Creación del Cuerpo de Bomberos de Santiago: Para que nunca más

Hasta el 8 de diciembre permanecerán en la Plaza de la Constitución las tres campanas de la Iglesia de la Compañía que han retornado a Chile. Luego, dos de ellas serán parte de un memorial en homenaje a las víctimas del incendio de 1863, que se ubicará en los jardines del Congreso Nacional, donde estuvo el templo. La tercera será destinada al Cuerpo de Bomberos de Santiago, cuya fundación surgió tras el siniestro para suplir una necesidad cuya urgencia había sido dramáticamente demostrada.
El siguiente texto entrega algunos antecedentes de la formación del Cuerpo de Bomberos de Santiago.

Jueves, 7 Octubre, 2010

Se organizan los ciudadanos

"Se cita a los jóvenes que deseen llevar a cabo la idea del establecimiento de una compañía de bomberos, para el día 14 del presente, a la una de la tarde, al escritorio del que suscribe. J. Luis Claro". La convocatoria apareció en el diario El Ferrocarril el 11 de diciembre. Según el mismo medio, unos doscientos hombres concurrieron al llamado.

Aún estaban en pié los muros de la iglesia incendiada el pasado martes 8 de diciembre. Las autoridades habían ordenado improvisar biombos delante de sus puertas para evitar a los transeúntes la vista horrorosa de los cadáveres apilados.

La magnitud de la catástrofe y la constatación de que ésta pudo evitarse o al menos atenuarse, hizo sentir la urgencia de que Santiago tuviese su propio cuerpo de bomberos, como Valparaíso.

Un comentario publicado en el diario "La Voz de Chile", revela el ánimo de esos días:
"A nadie en particular podemos hacer responsable; pero si los templos, si las horas de función, si la concurrencia hubiesen estado, como debían estarlo, sometidos a racionales y necesarias prescripciones de policía, el incendio, que muchos temían, no habría tenido lugar; y si no hubiese habido carencia total de recursos, de hombres diestros y de disposiciones para combatir las llamas y salvar a las personas, aún después de declarado el incendio, las desgracias que lamentamos no habrían sobrevenido: porque el atolondramiento y el pánico originados por el fuego, en los espectadores y principalmente en las infelices personas que estaban en el templo, no se habrían pronunciado y nuestra sociedad no habría tenido el indecible martirio de sentir y conocer que había medios para salvar a las dolientes víctimas..."

Hasta entonces, el combate del fuego había estado a cargo de la unidad policial Batallón de Zapadores Bomberos, cuya capacidad de acción fue ampliamente superada la noche del incendio. Civiles voluntarios habían acudido a intentar aplacar las llamas y salvar personas. Mientas, los mismos propietarios de las viviendas vecinas habían tenido que mojar las techumbres para evitar que las chispas extendiesen el fuego.

La inquietud por contar con un cuerpo de bomberos, se había traducido también en una carta de los regidores Antonio Vidal, Miguel Dávila, Lorenzo Sazié, Tomás A. Martínez, Pedro V. Urzúa, Cirilo Vigil, Santiago Lindsay y Ambrosio Rodríguez, dirigida al intendente Francisco Bascuñán Guerrero, cuya hermana Mercedes fue una de las víctimas: "suplicamos a US. que, atendida la urgencia que hay de tomar algunas providencias que en parte tiendan a evitar la repetición de desgracias como la acontecida el 8 del actual, se sirva convocar a la municipalidad a sesión extraordinaria para mañana a la hora de costumbre o la que US. tenga por conveniente, atendiendo el estado de su salud".

La reunión en el despacho de Claro, culminó con la designación de un directorio para el futuro cuerpo de bomberos y el acuerdo de volver a reunirse para formalizar el compromiso.

Nace el Cuerpo de Bomberos de Santiago

Y el 20 de diciembre se concretó la fundación oficial del Cuerpo de Bomberos de Santiago, en dependencias del Casino de la Filarmónica. Entonces se decidió formar cuatro compañías; del Oriente, del Sur y del Poniente, y una Compañía de Guardias de Propiedad. Ángel Custodio Gallo fue elegido comandante, José Agustín Prieto vicecomandante, Juan Tomás Smith tesorero general, y Máximo A. Arguelles secretario general. La Compañía Oriente quedó bajo la dirección de José Besa; la Sur de Manuel Recabarren; la Poniente de Enrique Meiggs, y Manuel Antonio Matta fue el primer director de la Compañía de Guardia de Propiedad.

Comenzó entonces la ardua tarea de recolectar fondos para dotarse de los implementos necesarios para combatir el fuego. A lo reunido se sumó una subvención gubernamental de $18.000 pesos, pudiéndose gestionar la importación de dos carros bombas a vapor, los primeros de este tipo en América Latina.

Había asesorado en su adquisición el norteamericano, constructor de los ferrocarriles, Enrique Meiggs, sobre el cual Estados Unidos ya había levantado la solicitud de extradición por desfalco.

El intendente Francisco Bascuñán Guerrero se unió también a las filas del Cuerpo de Bomberos, formando parte de la Compañía Poniente. El año 1866 llegó a ser su comandante y en 1867 fue vicesuperintendente.

José Luis Claro y Cruz, el impulsor, nunca aceptó un cargo directivo; fue capitán de la Compañía Poniente y bombero voluntario hasta su muerte, en junio de 1901.

Referencias Bibliográficas:
o http://urbatorium.blogspot.com Notas sobre historia urbana y cultural de la ciudad de Santiago de Chile
o Chile Biografías (Editorial Antártica)
o Wikipedia