El Consejo de Monumento Nacionales (CMN), en su pasada sesión ordinaria, decidió apoyar la iniciativa de declaratoria como Monumento Nacional en categoría de Monumento Histórico del puente de origen colonial que cruza el Canal San Carlos, comuna de Puente Alto, en los lindes del Condominio Ciudad del Este y la Población La Frontera.
Dicha iniciativa fue levantada por vecinos de la comuna, entre ellos, Edison Carreño, historiador; Luis trigo, presidente de la Junta de Vecinos del Condominio Ciudad del Este y por Gastón Fernández, Consejero del CMN en representación de la Sociedad Chilena de Historia y Geografía.
Actualmente el proceso de declaratoria se encuentra a la espera del decreto del Ministerio de Educación que oficializará su protección bajo la categoría de Monumento Histórico.
Valores históricos y arquitectónicos
El puente constituye un vestigio eminente de un tipo de construcción que ilustra una etapa significativa del desarrollo de la ciudad de Santiago. Asimismo, se encuentra inserto dentro de una de las obras hidráulicas de mayor envergadura efectuadas en Chile, como lo es el Canal San Carlos.
Dentro de sus valores históricos, destaca por ser una muestra física de los antiguos trazados y caminos utilizados en el período colonial, los que pertenecieron a las rutas de abastecimiento ganadero, así como también a las misiones religiosas jesuitas.
En el plano arquitectónico, la tecnología aplicada en el puente, corresponde actualmente a tecnología en desuso, sin embargo representan un valioso registro de la capacidad de resolución técnica y del estado del arte de fines del siglo XVIII y principios del XIX en el país.
Una historia de larga data
El puente da cuenta de las obras levantadas en el marco de la construcción del Canal San Carlos, la que fue conocida como una de las proezas de la ingeniería de Chile. El canal posee un trazado que se remonta a 1588, y que vio luz a fines del siglo XVIII, durante la época de transición de la Colonia a la República.
La obra inicial fue concebida por el ingeniero Agustín Cavallero y posteriormente un discípulo de Joaquín Toesca, trazó definitivamente el canal y para calculó los puentes que lo cruzarían. Sin embargo, fue a fines del siglo XIX cuando se concluyeron la totalidad de las obras de la mano de la Sociedad del Maipo.
